Pedro Bernal
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Nací  el día 16 de Septiembre de 1.935 en un pueblo de la serranía de Cadiz de nombre Algodonales. Si mal no recuerdo, ese nombre le viene porque fue famoso por su cultivo de algodón en épocas antiguas.

En la actualidad es famoso por una fábrica de guitarras de artesanía. Su popularidad ha llegado a diferentes paises del mundo por su calidad en las maderas, y principalmente por los sonidos conseguidos en este instrumento tan popular en España, y sobre todo en Andalucía.
Su fabricante se llama Valeriano Bernal Leo.

También le ha dado fama sus campeonatos mundiales de Parapentes y Alas delta. Pues su sierra reune unas condiciones para este deporte muy bien definidas.

Mis padres se llamaban Gabriel Bernal Rete y María Domínguez Roldán.
Somos tres hermanos, Paqui, Pedro, y Maruja.

Hasta mis catorce años viví en este pueblo, y despues mis padres se trasladaron a Sevilla, y aquí me encuentro hasta el momento.
 
Desde mi juventud he sido una persona muy inquieta e investigadora, y por lo tanto he querido saber el porqué de las cosas en general.

No me conformo con lo que me digan, investigo por mi propia cuenta los detalles a tener en cuenta del tema a tratar dentro de mis posibilidades y conocimientos razonados sobre todo.

Como recuerdo muy lejano en el tiempo y siendo un adolescente, mi abuela materna tenía un reloj despertador de aquella época con dos timbres incorporados en la parte superior del mismo, y siendo sus dimensiones bastante grandes.

Mi queridísima y recordada abuela Beatriz me dijo que ese reloj estaba averiado y que no tenía arreglo según el relojero del pueblo, y que como a mí me gustaba desmontar cualquier cosa para observar como funcionaba, pues que lo tenía a mi disposición para hacer lo que yo quisiera.

La alegría que me dió cuando tuve el reloj en mis manos fue bastante grande.

Saqué la maquinaria del interior y me quedé sorprendido al ver tantas ruedas engranadas unas con otras y combinadas de tal forma para que las agujas que salen al exterior puedan señalar horas minutos y segundos.

Fue fascinante para mi mente joven e inexperta en mecánica ese diseño tan complejo en ese justo momento.
Antes de desmontar ninguna pieza voy observando detenidamente el porque de su funcionamiento.
No recuerdo con exactitud las horas o días que estuve recreándome en esa preciosa maquinaria, hasta que empecé a entender algo del porque de su función.

El disfrute era grande cuando iba descubriendo poco a poco la función de cada una de sus piezas.
Pero ahora viene mi gran sorpresa, al cabo de no se que tiempo descubro donde está la avería.

Esto de por si solo, ya era un éxito, pero el triunfo definitivo y que nunca olvidaré fue cuando le dije a mi abuela que el reloj se lo había arreglado yo solito.
Esto fue para mí una gran satisfacción y disfrute. Estos fueron mis principios en la mecánica de los relojes.

¿Sabéis una cosa?  Que con los años llegué a conocer y reparar relojes mucho más complejos que este gran despertador: Como son; los cronómetros y otros que se daban cuerda automáticamente aprovechando el movimiento de la muñeca del que lo llevaba puesto.

También entendí y reparé el mecanismo de aquellos que al darle cuerda duraban un año en marcha sin volver a dársela hasta ese tiempo.
Interesante, ¿verdad?

Todo esto es mecánica pura.
Este conocimiento me ayudó bastante al sustento económico de mi familia.
En la mecánica del automóvil he aprendido bastante debido a que desde niño veía a mi padre con los camiones y turismos que el tenía al servicio público como transportista que era.

Tuvo varios vehículos que funcionaban con carbón. Al dispositivo que tenian para que esto pudiera ser se llamaba gasógeno.

Yo también tuve una pequeña flota de camiones durante unos treinta años, y aquí maduré algo más en los conocimientos de la mecánica.  

Estando en esa situación de transportista, un amigo mío que sabía mi entusiasmo en lo novedoso y en la investigación  me presentó a un Bioquímico que necesitaba a alguien que quisiera invertir en montar una fábrica de cultivos de bacterias dirigido y controlado por el, y que había patentado una fórmula especial. 

Esto me llamó tanto la atención que decidí vender algunos camiones y montar esa fábrica en compañía del amigo que me lo propuso y otros más.

El químico nos daba un 10 % de las ventas de estos cultivos bacteriológicos destinados a los piensos de ganadería. Contratamos este compromiso con un mínimo de diez años para asegurarnos el poder recuperar la inversión y poder ganar lo suficiente.

Los primeros cinco años fue bastante bien, hasta tal punto que vendí los camiones y me quedé solo con una furgoneta.
Ahora recuerdo los consejos de mi querido padre: Me decía que las medias deben de ser nones y que no pasen de tres.

Efectivamente, hubo sus problemas, hasta el punto que mis socios no querían seguir y decidieron marcharse con unas condiciones de común acuerdo.

Así que me quedé solo ante el peligro, con la intención de aprender las técnicas biológicas; pues yo había invertido mucho y quería asegurarme debido a lo sucedido.
Este químico cada vez me pagaba menos, pues ni siquiera incrementaba el precio convenido con relación el IPC.
También me engañaban, pues los descubrí fabricando de noche a escondidas mías para no tener que pagarme por lo que yo fabricaba.
Aquí se pasaron.

Esto me sirvió para abrir más los ojos y estar muy
atento a los procesos biológicos que los hacia algunos en secreto.

Me encontraba en un gran apuro, puesto que la cosa estaba bastante seria para el sustento de mi familia.
Por fin pude descubrí las técnicas y secretos de la fórmula patentada, pero no podía hacer nada al haber una patente a su fabor. 

Mi economía estaba bajando bastante, y por lo tanto lo estaba pasando muy mal al ser una familia de siete miembros.
Doy gracias a Dios, que puso en mi mente el visitar a una oficina de Patentes y Marcas para que me informaran de la situación de la patente de dicho biólogo. 

La sorpresa fue espectacular, estaba caducada por falta de pago, y por lo tanto pasaba al dominio público.
El gran problema para ese público en general es que no conocian las técnicas tan complejas de esos cultivos microbianos, pero yo si llegué a conocerlas.

Como cristiano que soy se lo dije al biólogo que era dueño de la patente. Jamás pasó por su mente de que yo hubiera echo tantas investigaciones hasta llegar a lo aquí expuesto.
A pesar de todo lo que me hicieron, y tener estos conocimientos adquiridos le perdoné, y seguí fabricando para él como demostración y testimonio de mi fe en Cristo.
No tuvo ninguna consideración ni agradecimiento a mi actitud y me volvió a engañar.

A partí de este nuevo engaño decido alquilar una nave y trasladé toda mi maquinaria, legalizando toda mi nueva situación por conducto de mi hijo Pablo que había terminado su carrera como Biólogo.

Me hice de buenos clientes ayudado por otros dos hijos, Gabriel y Pedro, y también por mi yerno Juan Burgueño que trabajamos juntos en la fábrica.

Mis dos hijos, y mi yerno Juan y yo, tenemos el negocio de la cristalería del automóvil y la fábrica de productos biológicos a partes iguales. 

La fábrica la hemos tenido funcionando unos pocos de años hasta que la clientela fue a menos y decidimos no fabricar más.

Todos estos detalles los expongo para que puedan observar mis inquietudes en conocer e investigar sobre cualquier tema que yo consideraba interesante.

Después de jubilarme del trabajo de la fábrica me encuentro con muchas horas disponibles, y por lo tanto no quiero perder el tiempo y persisto investigar en otros campos que es lo que a mí me satisface.
El tema de las energías limpias es un campo de gran interés en el mundo.

Inventé una maquinaria para aprovechar la fuerza de las olas del mar y producir energía eléctrica.
Esta la he patentado y se ha hecho un proyecto de viabilidad por la firma Green Pawer. 

Se interesaron en el proyecto Endesa, Abengoa, y la agencia Andaluza de la Energía. Pero con el problema de la crisis está aparcado de momento.

También tengo otra patentada para aprovechar las olas, pero es de un diseño totalmente diferente a la primera.
Otro invento patentado consiste en un dispositivo para acoplar a los vehículos de gasoil y puedan funcionar solo con aceite de girasol refinado.

Este no libera en su combustión dióxido de azufre que es uno de los más dañinos y contaminantes para el planeta. 
La última ha sido en este año 2010, y consiste en un interruptor para timbres que evita que los timbre salgan ardiendo y provoquen incendios en los hogares.

Estoy en espera de que la Oficina de Patentes y Marcas me confirme dicha solicitud. La Empresa de componentes eléctricos Simón, me han llamado interesándose en dicho invento.
 
Como habéis comprobado por esta lectura, no es broma el que me guste la investigación.
 
Pero en estas diversas investigaciones tengo una gran prioridad; la investigación de la Biblia, pues esta habla de dimensiones eternas.
Por lo tanto, considero que lo anteriormente expuesto es basura al compararlo con las Sagradas Escrituras.

Las llevo investigando desde los 18 años hasta los 75 que tengo actualmente.

En esta página web voy intercalando continuadamente mis investigaciones y opiniones personales al respecto, y también intercalo recopilaciones de grandes hombres de ciencia.
Espero que sea para bien de todos los lectores.

Correo: pedrobernaldominguez@gmail.com
Vuestro hermano y amigo en Cristo: Pedro Bernal
 
Tfnos: 954766687 y 605869533
 
         
 
Varios  
   
Versos Fundamentales  
  Escudriñad las escrituras; por que a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;
y no queréis venir a mí para que tengáis vida.

Juan 5: 39 y 40
La Biblia
 
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