Pedro Bernal
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MAS EVIDENCIAS DE LA REVELACIÓN BÍBLICA

Una fuente singular de sabiduría superior:


¿Es la Biblia el libro donde se recoge esa sabiduría superior?
¿Puede darnos respuestas veraces a las importantes preguntas relacionadas con el propósito de la vida?

Indudablemente la Biblia merece que la examinemos. Una razón es que contiene los 66 libros más extraordinarios que se hayan recopilado a la luz de la historia del ser humano, y que difieren de cualquier otro libro.
Note los siguientes hechos.
Aunque la tenemos en un solo volumen, esta recoge 66 libros escritos en el transcurso de miles de años, culturas distintas y continentes distintos; y por si esto fuera poco, intervinieron en sus escritos unos cuarenta autores sin haberse conocido la mayoría entre si, debido al periodo de tiempo de cada escrito. 
Lo más sorprendente de todo es; que a pesar de esto no hay ni la más mínima contradicción de un libro con el otro.

Este detalle tan sublime y de tanto significado no tiene explicación humana, y por lo tanto es evidencia más que sobrada para creer que es Dios el Autor, y el que reveló a estos simples hombres sus propósitos eternos.
Si comparamos estos acontecimientos con las investigaciones científicas de la actualidad sobre el origen del universo y de la vida en este, observamos que entre estos no hay unanimidad en sus investigaciones, y en algunos casos opiniones dispares unas de otras.
Por lo tanto ahora viene la gran pregunta: ¿Cómo fue posible la unanimidad absoluta de los escritores de la Biblia? Usemos la razón y el conocimiento, y obtendremos la repuesta. SOLO DIOS PUEDE HACERLO. No existe ninguna otra repuesta de humana sabiduría por mucho que la busquemos.
Es un caso especial y único en todo el mundo de que en 66 libros halla unanimidad absoluta, a pesar de las diferencias de cultura y de la distancia en el tiempo de unos libros con otros, como mencioné antes.
Sus profecías se están cumpliendo literalmente de una forma impactante para el ser humano.
Ahora expondré algunas evidencias más sobre el tema que nos ocupa.

Es el libro más antiguo y de mayor distribución en todo el mundo.

La Biblia es el libro más antiguo que se ha escrito; algunas partes se escribieron hace unos tres mil quinientos años. Es varios siglos más antiguo que cualquier otro libro considerado sagrado.
El primero de sus 66 libros se escribió unos mil años antes de Buda y Confucio, y unos dos mil años antes de Mahoma.

El registro histórico de la Biblia retrocede hasta el comienzo de la familia humana y explica cómo llegamos a estar en la Tierra.
Nos traslada incluso a un tiempo anterior a la creación de los humanos, y nos suministra datos sobre la formación de la Tierra.

De otros libros religiosos, así como no religiosos, solo existen unos cuantos manuscritos antiguos.
No obstante, de la Biblia, o de porciones de ella, hay unos once mil manuscritos en hebreo y en griego, algunos de los cuales datan de poco después de escribirse los originales.
Estos han sobrevivido a pesar de que contra la Biblia se han lanzado las peores embestidas inimaginables.

Además, es con mucho el libro de mayor distribución de la historia. Se han distribuido alrededor de tres mil millones de Biblias o partes de ella en unos dos mil idiomas.
Se dice que el 98% de la familia humana tiene acceso a la Biblia en su propio idioma.

Ningún otro libro se le acerca en distribución.

Adicionalmente, ningún otro libro antiguo puede compararse con la Biblia en exactitud. Científicos, historiadores, arqueólogos, geógrafos, lingüistas y otros confirman de continuo los relatos bíblicos.

Exactitud científica:

Por ejemplo, aunque la Biblia no se escribió para que se usara como libro de texto en ciencias, cuando trata de asuntos científicos armoniza con la ciencia verdadera.
Pero otros libros antiguos que se consideran sagrados contienen mitos científicos, inexactitudes y mentiras descaradas.
Note solo cuatro de los muchos ejemplos de la exactitud científica de la Biblia:

¿Cómo se sostiene la Tierra en el espacio?

En la antigüedad, mientras se escribía la Biblia, había muchas ideas en cuanto a cómo se sostenía la Tierra en el espacio.
Algunos creían que la sustentaban cuatro elefantes montados sobre una gigantesca tortuga marina.
Aristóteles, filósofo y científico griego del siglo IV E.C., enseñó que la Tierra no podía estar suspendida en el vacío.
Más bien, dijo que los cuerpos celestes estaban sujetos a la superficie de esferas sólidas y transparentes que se hallaban unas dentro de otras. Según su teoría, la Tierra estaba en la esfera más interna y las estrellas en la más distante.

La Biblia, por el contrario, en vez de reflejar los conceptos extravagantes y poco científicos que existían mientras se escribía, sencillamente dijo (alrededor del año 1473 A.C.):
“[Dios está] colgando la tierra sobre nada”. (
Job 26:7.) En el hebreo original, la palabra que se utiliza aquí para “nada” significa “ninguna cosa”, y este es el único lugar donde se emplea en la Biblia.
Los doctos en la materia reconocen que la descripción de una Tierra rodeada de espacio vacío denota una visión extraordinaria para aquel tiempo.
La obra Theological Wordbook of the Old Testament (Vocabulario teológico del Antiguo Testamento) comenta:
Job 26:7 describió de forma impresionante el mundo conocido entonces cuando dijo que estaba suspendido en el espacio, con lo que se adelantó a los descubrimientos científicos del futuro”.

Esa declaración exacta de la Biblia se hizo más de mil cien años antes de Aristóteles.
Sin embargo, las ideas de Aristóteles se siguieron enseñando como realidades por casi dos mil años después de su muerte.
Finalmente, en 1687 E.C., sir Isaac Newton publicó sus hallazgos de que la Tierra se sostenía en el espacio debido a la atracción mutua que existe entre los diferentes cuerpos celestes, es decir, la gravitación.
Pero eso fue casi treinta y dos siglos después que la Biblia declarase con elegante sencillez que la Tierra ‘cuelga sobre nada’.

Sí, hace casi tres mil quinientos años la Biblia señaló, correctamente, que la Tierra no tiene apoyo visible, un hecho que armoniza con el entendimiento más reciente de las leyes de la gravitación y el movimiento.
¿Cómo supo Job la verdad? —declaró cierto docto— es una cuestión que no pueden resolver fácilmente los que niegan la inspiración de las Sagradas Escrituras.”

La forma de la Tierra.

The Encyclopedia Americana dice: “La más temprana imagen mental conocida de la Tierra entre los hombres era que esta era una plataforma plana y rígida en el centro del universo.[...]
El concepto de una Tierra esférica no fue aceptado extensamente sino hasta el Renacimiento”. Navegantes del pasado hasta temían que sus embarcaciones cayeran por el borde de la Tierra plana.
Pero entonces la introducción de la brújula y de otros inventos hicieron posible efectuar viajes oceánicos más largos. Estos “viajes de descubrimiento —explica otra enciclopedia— mostraron que el mundo era redondo, no plano como había creído la mayoría de la gente”.

No obstante, mucho antes de realizarse aquellos viajes, hace unos dos mil setecientos años, la Biblia dijo: “Hay Uno que mora por encima del círculo de la tierra”. (Isaías 40:22.) La palabra hebrea traducida aquí por “círculo” también puede significar “esfera”, como lo muestran varias obras de consulta. Por lo tanto, otras traducciones de la Biblia dicen “el globo de la tierra” (Franquesa-Solé) y “el orbe terrestre” (Biblia de Jerusalén).

De modo que la Biblia no recibió la influencia de las ideas poco científicas que existían entonces con relación a lo que sostiene la Tierra y la forma de esta.
La razón es simple: el Autor de la Biblia es el Creador del universo. Él hizo la Tierra, de modo que debe saber qué la sostiene y qué forma tiene.
Por eso, cuando inspiró la Biblia se aseguró de que no se incorporaran en ella puntos de vista anticientíficos, sin importar cuánto creyeran en esa revelación  en aquel tiempo.

La composición de los organismos vivos.

Génesis 2:7
explica que “Jehová Dios procedió a formar al hombre del polvo del suelo”
The World Book Encyclopedia dice: “Todos los elementos químicos de que están hechos los organismos vivos se hallan también en la materia inanimada”.
En otras palabras, todos los elementos químicos básicos de que se componen los organismos vivos, entre ellos el hombre, se hallan también en la tierra misma. Esto armoniza con el relato bíblico que identifica la materia que Dios empleó al crear a los humanos y a toda otra forma de vida.

“Según sus géneros.”
La Biblia dice que Dios creó a la primera pareja humana y que de ellos procedieron todos los demás humanos.
(
Génesis 1:26-28; 3:20.) Dice que lo mismo ocurrió con otros organismos vivos, tales como los peces, las aves y los mamíferos, los cuales se reprodujeron “según sus géneros”.
(
Génesis 1:11, 12, 21, 24, 25.) Eso es precisamente lo que los científicos han descubierto en la naturaleza: que toda forma de vida proviene de padres del mismo género o especie. No hay excepciones. El físico Raymo hace la siguiente observación al respecto:
“La vida genera vida; sucede constantemente en toda célula. Pero ¿cómo produjo vida la materia inanimada?
En biología, esta es una de las principales preguntas sin respuesta, y hasta ahora los biólogos solo pueden ofrecer conjeturas descabelladas.
De algún modo la materia inanimada se las arregló para organizarse y cobrar vida. [...] Después de todo, puede que el autor de Génesis haya tenido razón”.

Exactitud histórica

Entre los libros existentes, la Biblia contiene la historia antigua más exacta.
El libro A Lawyer Examines the Bible (Un abogado examina la Biblia) destaca su exactitud histórica de esta manera:
“Mientras que en los romances, las leyendas y el testimonio falso se ejerce cuidado para situar en algún lugar distante y en algún tiempo indefinido lo que se relata, violando así las primeras reglas que aprendemos los abogados para una buena defensa, que ‘la declaración debe indicar el tiempo y el lugar’, las narraciones de la Biblia nos dan la fecha y el lugar de todo lo relatado con la máxima precisión”.

The New Bible Dictionary (El nuevo diccionario bíblico) comenta:
“[El escritor de Hechos] sitúa su narración en el marco de la historia contemporánea; sus páginas están repletas de referencias a magistrados públicos, a gobernadores provinciales, a reyes dependientes, y así por el estilo, y esas referencias vez tras vez resultan ser exactas en cuanto al tiempo y al lugar en cuestión”.

En The Union Bible Companion, S. Agustín Allibone dice: “Sir Isaac Newton [...] también fue eminente como crítico de escritos antiguos, y examinó con gran cuidado las Santas Escrituras.

¿Cuál es su veredicto sobre este punto?
‘Hallo —dice él— más señales seguras de autenticidad en el Nuevo Testamento que en cualquier historia profana [seglar].’
El Dr. Johnson dice que tenemos más pruebas de la muerte de Jesucristo en el Calvario, como dicen los Evangelios, que de la muerte de Julio César en el Capitolio. Es verdad que tenemos mucha más”.

Esta fuente añade: “Pregúntele a cualquiera que cuestiona la veracidad histórica del Evangelio, ¿qué razón tiene para creer que César murió en el Capitolio, o que el emperador Carlomagno fue coronado emperador de Occidente por el papa León III en [el año] 800. [...] ?¿Cómo sabe usted que el hombre llamado Carlos I [de Inglaterra] vivió, y fue decapitado, y que Oliver Cromwell gobernó en su lugar? [...]
A sir Isaac Newton se le atribuye el descubrimiento de la ley de la gravitación. [...] Creemos todas las aserciones ya mencionadas respecto a estos hombres; y eso porque tenemos prueba histórica de su veracidad. [...]
Si algunos se niegan a creer aunque presentemos prueba como esta, los damos por estúpidamente obstinados o irremediablemente ignorantes: O tal vez como este otro dicho; no hay mayor ciego que el que no quiere ver.

Entonces concluye diciendo: “¿Qué diremos, pues, de los que, a pesar de la abundante prueba que ahora se ha presentado de la autenticidad de las Santas Escrituras, afirman que no han quedado convencidos? [...]
De seguro tenemos razón para concluir que donde algo está mal es en el corazón más bien que en la cabeza; que no desean creer lo que humilla su orgullo, y los obligaría a llevar vidas diferentes”

Armonía interna y candor

Imagínese que se hubiera empezado a escribir un libro durante el tiempo del Imperio romano, que se hubiera continuado durante la Edad Media y completado en este siglo XX, y que muchos diferentes escritores hubieran colaborado en su redacción.
¿Qué esperaría usted si los escritores hubieran procedido de ocupaciones tan diversas como: soldados, reyes, sacerdotes, pescadores, ganaderos y médicos?
¿Esperaría que el libro fuera armonioso y coherente? ‘¡Difícilmente!’, quizás diga usted. Pues bien, la Biblia se escribió en circunstancias como esas.
No obstante, armoniza en su totalidad, no solo en los conceptos generales, sino también en los detalles minuciosos.

La Biblia es una colección de 66 libros escritos por unos 40 diferentes escritores durante un período de más de 1.600 años.
Desde 1513.A.C. hasta 98 E.C. Los escritores eran de diferentes clases sociales y ocupaciones, y muchos de ellos nunca tuvieron contacto con otros escritores.
Sin embargo, el resultado fue un libro que sigue un tema central y coherente, como si lo hubiera producido una sola mente. Y, contrario a la creencia de algunos, la Biblia no es el producto de la civilización occidental; más bien, fue escrita por orientales.

Mientras que la mayoría de los escritores antiguos informaba solo sus éxitos y virtudes, los escritores de la Biblia admitieron francamente sus propios errores, así como las faltas de sus reyes y líderes.
Números 20:1-13 y Deuteronomio 32:50-52 cuentan las faltas cometidas por Moisés, y fue él mismo quien escribió esos libros.
Jonás 1:1-3 y 4:1 mencionan las flaquezas de Jonás, el propio autor de esos relatos.
Mateo 17:18-20; 18:1-6; 20:20-28 y 26:56 hablan de las malas cualidades que manifestaron los discípulos de Jesús.
Así, la honradez y el candor de los escritores de la Biblia corroboran su aseveración de que Dios los inspiró.

Su rasgo más característico

La Biblia misma revela por qué es tan exacta en asuntos científicos, históricos y de otra naturaleza, y por qué es tan armoniosa y honrada.

Muestra que el Ser Supremo, el Dios Todopoderoso, el Creador del universo es el Autor de la Biblia.
Él sencillamente utilizó a humanos como secretarios para que escribieran la Biblia, impulsándolos con el poderoso poder del Espíritu Santo para poner por escrito lo que les inspiraba.

En la Biblia, el apóstol Pablo dijo: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente y esté completamente equipado para toda buena obra”.

Dijo además: “Cuando ustedes recibieron la palabra de Dios, que oyeron de parte de nosotros, la aceptaron, no como palabra de hombres, sino, como lo que verdaderamente es, como palabra de Dios”. (
2 Timoteo 3:16, 17; 1 Tesalonicenses 2:13.)

De modo que la Biblia proviene de la mente de un solo Autor: Dios.
Gracias a su extraordinario poder, a Dios no le fue difícil preservar íntegramente hasta nuestro día lo que se había escrito.
Sobre esto hay una autoridad prominente en manuscritos bíblicos, sir Frederic Kenyon, dijo en 1940: “Se ha removido ahora la última base para cualquier duda del hecho de que las Escrituras nos han llegado sustancialmente como fueron escritas”.

Los humanos pueden enviar señales de radio y televisión a la Tierra desde miles de kilómetros de distancia, incluso desde la Luna.
Sondas espaciales han enviado a la Tierra datos físicos y fotografías de planetas a centenares de millones de kilómetros de distancia.
No hay duda de que el Creador del hombre, quien también hizo las ondas de radio, puede hacer muchísimo más.
En realidad, fue sencillo para Él utilizar su poder ilimitado para transmitir palabras e imágenes a la mente de los que escogió para que pusieran por escrito la Biblia.
Por otra parte, hay muchas cosas con relación a la Tierra y a la vida en ella que dan prueba del interés de Dios en la humanidad.
Por eso, se comprende que Él deseara ayudar a los humanos a saber quién es Él y qué propósito tiene para ellos expresando con claridad estas cosas en unos libros, como un documento único y permanente; LA BIBLIA.
Piense, también, en lo superior que sería un libro cuyo autor fuera Dios, comparado con información transmitida verbalmente por humanos.
La transmisión verbal no sería confiable, ya que la gente parafrasearía el mensaje y, pasado algún tiempo, se tergiversaría su significado.

Comunicarían la información verbalmente según su propio punto de vista.
Pero hay menos probabilidades de que un documento escrito permanente e inspirado por Dios contenga errores.
Además, un libro se puede reproducir y traducir para que se beneficien de él personas de diferentes idiomas.
Por lo tanto, ¿no es razonable que nuestro Creador haya empleado tal medio para proveernos información? Sí, es más que razonable, puesto que el Creador dice que eso fue lo que hizo.

Profecías cumplidas:

Asimismo, la Biblia lleva, de manera especialmente notable, la marca de la inspiración divina: es un libro de profecías que sin falta se han cumplido y continúan cumpliéndose.

Por ejemplo, en la Biblia se predijeron con todo detalle la destrucción de la antigua Tiro, la caída de Babilonia, la reconstrucción de Jerusalén y el ascenso y la caída de los reyes de Medo-Persia y Grecia.
Estas profecías fueron tan exactas que algunos críticos trataron, en vano, de demostrar que fueron escritas después de ocurrir aquellos sucesos.
(
Isaías 13:17-19; 44:2745:1; Ezequiel 26:3-6; Daniel 8:1-7, 20-22.)

Las profecías dadas por Jesús referentes a la destrucción de Jerusalén en 70 E.C. se cumplieron con exactitud.
(
Lucas 19:41-44; 21:20, 21.) Y las profecías que Jesús y el apóstol Pablo dieron sobre “los últimos días” se están cumpliendo actualmente en detalle. (2 Timoteo 3:1-5, 13; Mateo 24; Marcos 13; Lucas 21.)

Ninguna mente humana, sin importar lo inteligente que fuera, podía haber predicho con tanta exactitud sucesos futuros. Solo la mente del Todopoderoso y omnisapiente Creador del universo puede haberlo hecho, como leemos en 2 Pedro 1:20, 21:
“Ninguna profecía de la Escritura proviene de interpretación privada alguna. Porque la profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por el Espíritu Santo”.

Da la respuesta:

Por consiguiente, la Biblia prueba de muchas maneras que es la Palabra inspirada del Ser Supremo.
Como tal, nos dice por qué están los humanos en la Tierra, por qué se sufre tanto, qué nos espera y cómo cambiarán las condiciones para bien.
Nos revela que hay un Dios supremo que creó a los humanos y esta Tierra con un propósito, y que su propósito se cumplirá. (
Isaías 14:24.)
La Biblia nos muestra además cuál es la religión verdadera y cómo podemos hallarla.
De modo que es la única fuente de sabiduría superior que nos puede contestar todas las preguntas importantes de la vida. (
Salmo 146:3; Proverbios 3:5; Isaías 2:2-4.)

Aunque hay abundantes pruebas de la autenticidad y veracidad de la Biblia, ¿siguen sus enseñanzas todos los que dicen que la aceptan? Tome como ejemplo a las naciones que afirman practicar el cristianismo, conocidas como la cristiandad tradicional.
Por siglos han tenido acceso a la Biblia, pero ¿reflejan su pensamiento y sus acciones lo que la Biblia les indica como Palabra de Dios?
Cada uno de nosotros somos responsables individualmente de averiguar cual es la vedad.

Jesús nos dice en el evangelio: El que me ama mi Palabra guardará.
Por lo tanto, la verdadera Iglesia de Cristo es aquella que enseña fielmente todo el contenido de la Biblia sin añadir ni quitar nada.
La misma madre de Jesús le dijo a los Apóstoles; haced todo lo mi hijo os diga. Tambien el mismo Jesús orando a favor nuestra dijo: Padre santifícalos en la verdad, Tu Palabra es verdad.
Así que los que creemos en Cristo no nos cabe la menor duda de que en la Biblia está contenida toda la verdad absoluta, basándonos en sus propias palabras dirigidas al Padre.

Además de todo lo expuesto voy a relatar algunas experiencias de investigación realizadas el siglo pasado por expertos en medicina y en parasicología, que aseguran que el hombre es un ser diferente a todos los seres, y afirman que no es solo materia, sino que tiene un ente espiritual donde radica su personalidad independientemente de la materia.
Para afirmar esto se remiten a miles de casos en los que a personas que han sufrido accidentes de muerte clínica y haberlos revivido por medio de la respiración artificial o por electro, cuentan experiencias en el justo momento de su muerte.

Se ven fuera del cuerpo y cuentan con detalle todo lo que estaban haciendo con su cuerpo las personas que los atendían en ese justo momento, oyendo y viendo con detalle todo lo ocurrido.
La mayoría de estos dicen estar fuera del cuerpo cuando vieron y oyeron toda su situación.
Estos acontecimientos suceden a miles y hay grandes afirmaciones de la realidad de los mismos en diferentes ramas de la investigación.

Lo que más me sorprende de todo esto es, que la Biblia lo menciona miles de años antes de que la ciencia lo halla descubierto.  

En 1ª de Tesalonicenses capítulo 5 y verso 23 dice; Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro
ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.

Aquí hay una distinción clarísima de los componentes del ser humano a diferencia de los demás seres. Aun hay más: El Apóstol Pablo nos confirma en varias ocasiones que se puede salir del cuerpo.
En 2ª de Corintios capítulo 12 y ver 2 nos dice: Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo

Esto me recuerda lo que dicen los parasicólogos en cuanto a los viajes astrales.
El Apóstol Pedro en su 2ª carta capítulo 1 versos del 13 al 15 dice lo siguiente:
Pues tengo por justo, en tanto que estoy en el cuerpo, el despertaros con amonestación; sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado.
Tambien yo procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas.
Un pasaje por todos muy conocido cuando Jesús le dijo a uno de los ladrones que creyó en Él; hoy serás con migo en el Paraíso.
En cambio su cuerpo fue a la tumba.    Más fuerte se puede decir pero más claro no.

Recopilado por Pedro Bernal Domínguez.
Vuestro hermano y amigo en Cristo.

Correo: pedrobernaldominguez@gmail.com

Varios  
   
Versos Fundamentales  
  Escudriñad las escrituras; por que a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;
y no queréis venir a mí para que tengáis vida.

Juan 5: 39 y 40
La Biblia
 
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